24/3/14

24 de marzo: DÍA DE LA MEMORIA, LA JUSTICIA Y LA VERDAD

"Mujeres paridas por sus hijos, son el coro griego de esta tragedia. Enarbolando las fotos de sus desaparecidos, dan vueltas y vueltas a la pirámide, ante la rosada casa de gobierno, con la misma obstinación con que peregrinan por cuarteles y comisarías y sacristías, secas de tanto llorar, desesperadas de tanto esperar a los que estaban y ya no están, o quizás siguen estando, o quién sabe."
Eduardo Galeano (Memoria del Fuego III)



Hoy, 24 de marzo de 2014 se cumple otro aniversario del inicio del golpe militar que dejó como saldo un país desvastado, tanto socialmente, culturalmente como económicamente.

Hoy podemos decir que muchos de sus ejecutores están presos, pero todavía necesitamos que se enjuicie a los ideólogos civiles, los cómplices civiles, los del poder empresarial y clerical.



Un relevamiento realizado por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad  refleja el avance de las investigaciones iniciadas en el país por violaciones a los derechos humanos cometidas durante el terrorismo de Estado hasta el presente, y consigna que desde que se iniciaron los juicios, en 1983, se han realizado 123 procesos penales, 108 de ellos a partir del 2004.

La cantidad de condenados por delitos de lesa humanidad en la Argentina alcanza a 520 personas, de los cuales 114 tienen condena firme, en tanto suman 1.135 la cantidad de procesados, según un informe de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.





El 24 de marzo de 2004 el predio donde funcionó la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el emblemático centro clandestino de detención de la dictadura cívico militar, fue recuperado por el pueblo y ese lugar que simbolizó la muerte se transformó en un símbolo de vida.

Hoy, se conmemoran  38 años del Golpe y 10 años de la recuperación de ese espacio como sitio de memoria, la Secretaría de Derechos Humanos, a través de la Red Federal de Sitios de Memoria que coordina el Archivo Nacional de la Memoria, señalizará la ESMA con los pilares de Memoria, Verdad y Justicia.
Aquel 24 de marzo de 2004, se presentó, en el mismo emotivo acto, uno de los entonces últimos nietos recuperados por la Abuelas de Plaza de Mayo: Juan Cabandié le decía a los argentinos que había nacido en la ESMA hacía 26 años.







 Cuando se inició la dictadura militar que se cobró 30.000 desaparecidos y arrojó al exilio a miles de argentinos, la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios refirma su participación activa en la lucha por la verdad, la memoria y la justicia.

La entidad también destaca su compromiso con el sostenimiento y la profundización de un rumbo político y económico orientado a aunar los derechos humanos con los derechos económicos y sociales.

Por eso señala que la recordación del golpe militar es una oportunidad para volver a poner en primer plano a los responsables civiles del genocidio perpetrado por el Proceso de Reorganización Nacional, que buscó instaurar a sangre y fuego la piedra basal del neoliberalismo en nuestro país.
No debemos olvidar que mientras los militares imponían un rígido disciplinamiento colectivo, Martínez de Hoz, acompañado por el Consejo Empresario Argentino y otras entidades de ideología afín, iniciaba el modelo de concentración y extranjerización de la economía, endeudamiento externo, especulación financiera, desmantelamiento del Estado, exclusión, destrucción de la seguridad social, pobreza y miseria.
Decenas de miles de unidades productivas de la ciudad y del campo desaparecieron barridas por un plan sistemático de desindustrialización que llevó a la destrucción de gran parte de la estructura productiva nacional.
Significativamente, una de las primeras medidas del Proceso fue derogar la ley que había creado la Copyme, el organismo que regía y coordinaba en todo el país las políticas para las pequeñas y medianas empresas, creado durante el período de Gelbard en el Ministerio de Economía, cuando se buscaba, y se había logrado en parte, una Argentina con independencia económica y equidad social.
Las consecuencias del neoliberalismo han sido nefastas. Tras la bienvenida recuperación de la democracia política, el establishment trocó el terror de las armas por el terror económico y el 1 a 1, hasta llegar a la crisis de 2001 – 2002, que mostró las consecuencias últimas del modelo.
Desde 2003 ese proceso se ha venido revirtiendo en gran parte.
Una serie de medidas adoptadas por las dos últimas administraciones del Estado han tendido a concretar el juicio y castigo a los culpables del genocidio. La política de desendeudamiento, el fin del ALCA, la derogación del régimen de AFJP, la sanción de la Ley de Medios Audiovisuales, la recuperación de empresas públicas, la asignación universal por hijo, las políticas de crédito hacia las Pymes, el mayor protagonismo del Estado fueron hechos alentadores en una dirección que debe sostenerse y profundizarse.
Aún está vigente la ley financiera instaurada por la dictadura, cuyo reemplazo se propone con el proyecto de Ley de Servicios Financieros para el Desarrollo Económico y Social, presentada en la Legislatura por el bloque Nuevo Encuentro Popular y Solidario. También es necesaria una estructura legal que asegure un efectivo apoyo a las Pymes en todo el país como política de Estado. Una reforma tributaria con sentido progresivo es otra materia pendiente.





CAMPOS DE CONCENTRACIÓN, TORTURA Y EXTERMINIO O CCD.
La experiencia de los campos de concentración en la Argentina, “en particular la rutina de asesinatos y desaparición de los cuerpos, fue un acontecimiento único”. Lo describió el investigador del Conicet, Hugo Vezzetti, en su libro Pasado y presente. Como definió la socióloga Pilar Calveiro, eran “máquinas de destrucción” que cobraban vida propia y nadie podía detenerlas. Una maquinaria necesaria para fundar el país que imaginaban los jerarcas de la última dictadura militar: “Los campos de concentración fueron el quirófano donde se llevó la cirugía mayor –no es casualidad que se llamaran quirófanos las salas de tortura–; también fueron el campo de prueba de una nueva sociedad ordenada, controlada, aterrada”.
Los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio fueron más de medio millar en todo el país, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Pasaron por sus calabozos entre 15 y 20 mil personas. El 90 por ciento de ellas fueron asesinadas. Funcionaron entre el ’76 y el ’82 en la mayoría de las provincias. En muchos de ellos hoy se levantan sitios de memoria.


 LÍNEAS de Vinicius, que hace muchos años publicó en los clasificados de un diario de Brasil.

SE BUSCA UN AMIGO

No necesita ser hombre o mujer, basta que sea humano.
Basta que tenga sentimientos, que tenga corazón. Necesita hablar y saber callar, y sobre todo oír.

Tiene que disfrutar de la poesía, de la madrugada,
del sol, de la luna, del canto de los vientos
y de la canción de la brisa.

Debe tener un gran amor, o de lo contrario
sentir la ausencia de ese amor.
Debe respetar el dolor
que todas las personas llevan consigo.

Debe guardar secretos sin sacrificarse;
pudo haber sido engañado
(todos los amigos son engañados).

No es necesario que sea puro, ni del todo impuro,
pero no debe ser vulgar.
Debe tener un ideal y miedo a perderlo.

Debe sentir pena de la persona triste y comprender el inmenso vacío de los solitarios.

Debe ser Don Quijote sin despreciar a Sancho.

Que sepa conversar de cosas simples, del rocío,
de las grandes lluvias,
de los recuerdos de la infancia.
Se busca un amigo para no enloquecer,
para escuchar la noche o
lo que se vio bello o triste durante el día.

Los anhelos y las realizaciones, los sueños y la realidad.

Se necesita un amigo para llorar, para asomarse al pasado en busca de memorias queridas.

Un amigo que nos abrace sonriendo o llorando,
pero que nos abrace.

Vinicius de Moraes




Parecía un pobre viejecito, pero era uno de los peores genocidas que haya conocido la humanidad, terriblemente eficaz en su tarea de inteligencia, para desaparecer, matar, robar niños, dar luz verde para el robo, la tortura y la violación a sus secuaces militares, policías y civiles.

Murió en la cárcel, como merecía, el viernes 17 de mayo de 2013








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